Después de sacar un buen dentón el sábado por la mañana y perder yo solito uno por la tarde-noche de ese mismo día, hoy por la mañana nos visitó de nuevo el divino para iluminarnos otra vez con una bella pieza.
Salida de puerto con planes diferentes a darle al jigging, pero como ya se hacía tarde (para mí que tenía que currar) y no picaba nada, decidí darle unos paseitos por el fondo al fierru, en unas piedras que me quedaban bastante cerca.
Al llegar al sitio en cuestión la sonda marcaba muchísima actividad en el fondo con muy buenas manchas de pescado. Di dos derivas sin sentir nada, pero en la tercera, al caer el jig, se quedó como si hubiese enrrocado. Pero no fué así, la cosa empezó a sonar y a pegar esas cabezadas que ya últimamente hasta distinguimos. Bombeos de caña, en sus paradas y luego a aguantarle sus escapadas. Así se tradujo la lucha con un "vente pa ca" y él que "que no, voy pa bajo".
Lo complicado venía después,yo solo en la lancha, ni sacadera, ni gancho, nada a mano con que subir el pececillo a bordo. Venía muy mal prendido y todavía tenía mucha vida. A voces llamé a mi compañero que esta vez había salido en su embarcación, y vino raudo y veloz a socorrerme. Con su sacadera logró embarcarlo.